El otoño, aparte de la primavera, es la época más productiva del campo. Y algunas especies se han ido adaptando, paulatinamente, a esta riqueza. Al estar mejor alimentadas, las hembras están más receptivas, propiciando el celo y dándonos posibilidad de recechar, ahora, a los mejores machos.

El celo, el mejor momento para recechar

Nuestros carneros y cabras silvestres retrasan al otoño su época de celo. Los machos monteses descienden de las cumbres más altas y, como muflones y arruís, comienzan las luchas para conseguir un harén de hembras con el que perpetuar sus genes.

Enfrascados en alejar rivales y perseguir hembras, los machos aparcan su comportamiento esquivo y se dejan ver con más facilidad. Es el momento idóneo para localizar y cobrar un soberbio trofeo de muflón, arruí o macho montés, ya que podremos seleccionar, sin prisas, a los mejores ejemplares y realizar esa sigilosa aproximación que nos sitúe a la distancia óptima de disparo…